Consuelda (Symphytum officinale)
La consuelda es una
hierba vivaz, de 60-100 cm de altura, provista de un rizoma en forma de
remolacha, con raíces negras ramificadas del grosor de un dedo.
El tallo
es recto, anguloso, cerdoso y coriáceo, con ramificaciones en la parte
superior.
Las hojas son
alternas, de forma entre oval y lanceolada y se estrechan a la altura del
peciolo.
Las flores son
regulares, colgantes y pedunculadas; se encuentran formando cimas muy apretadas
en el extremo de las ramas.
El cáliz
tiene forma de embudo.
Se cría en zonas muy
concretas del pirineo como el valle de Arán.
También
es posible encontrarlo en cultivos abandonados, orillas de ríos y terrenos
pantanosos.
Florece entre mayo y
julio, dependiendo de la zona donde se encuentre.
De la recolección
interesa principalmente la raíz: debe recogerse cuando la planta está seca, en
otoño o primavera, ya que si esperamos a que eche brotes nuevos disminuye la
concentración en principios activos.
Una vez
desenterrada la raíz, se lava, se corta a lo largo y se seca a temperatura
moderada; luego se conserva en recipientes herméticos, porque la humedad echa a
perder la raíz.
La raíz
contiene resinas, gomas, fécula, abundante mucílago, pequeñas cantidades de
esencia, colina, asparagina y una importante cantidad de alantoína; esta última
es una sustancia blanca, cristalizable, que se presenta en muchas partes
-principalmente como producto de excreción (en la orina)- del metabolismo de
importantes compuestos de los mamíferos, pero no en el hombre ni en los monos
superiores.
Hace mucho tiempo ya
que se utilizó este compuesto para activar y fomentar la formación de epitelio
de heridas y úlceras.
Parece
que esto se relaciona con la propiedad que tiene esta planta de activar el
desarrollo de las levaduras y otros hongos, así como de algunas bacterias.
Se pensó
que si podía promover este crecimiento, también podría activar la formación de
nuevas células, incluso en los tejidos del cuerpo humano.
Actualmente se
preconiza el empleo de la alantoína con diversos antibióticos y bacteriostáticos
para conseguir la más rápida proliferación de las células sanas junto con la
eliminación de los gérmenes infectantes.
La consuelda está
especialmente indicada en heridas, escoceduras, úlceras cutáneas y gástricas,
eczemas, quemaduras, prurito y grietas de los senos.
Es
importante advertir que su uso debe limitarse a la forma tópica, pues el uso
prolongado por vía interna es peligroso ya que contiene alcaloides muy
peligrosos para el hígado, que pueden llegar a dañarlo de forma crónica.
.- Infusión.
Según algunos autores, es la única forma de administrar esta planta de manera
eficaz.
Se prepara con 100 g.
de la planta que se añaden a un litro de agua hirviendo; posteriormente se deja
en maceración durante un par de horas.
El cocimiento no resulta
aprovechable ya que el mucílago y el tanino contenidos en la raíz forman un
precipitado inutilizable.
.- Raíz fresca
rallada. Se aplica en forma de cataplasma directamente sobre la zona a tratar.
No hay
que olvidar que esta planta debe usarse solo externamente y siempre bajo la
supervisión de personal especializado.
Cicatrizante.
Epitelizante. Astringente
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