domingo, 31 de agosto de 2014

CORNEJO (CORNUS SANGUINEA)


Cornejo (Cornus sanguinea)

Árbol de pequeño porte, pero que puede llegar a medir hasta 8 metros de altura.
Las hojas presentan una tonalidad rojiza en la parte del haz, que es de forma ovalada, con un peciolo que representa una quinta parte de la longitud total de la hoja.
Los bordes son enteros y de un color oscuro, siendo más claros en la zona del envés.
Las hojas presentan venas realzadas en el envés, mientras que en la parte del haz se encuentran formando depresiones.
A lo largo del tallo las hojas se disponen enfrentadas entre ellas.
La floración se realiza en los meses de mayo y junio, madurando el fruto en otoño.
Las flores nacen en racimos que salen de las axilas de las hojas; son de reducidas dimensiones y de color blanco y poseen en su interior cuatro estambres.
Los ramilletes de las flores se abren todas a la misma altura.
El fruto es redondeado, de unos 5 milímetros de diámetro, de color azul oscuro y sabor amargo.
Esta planta se localiza preferentemente en la zona norte de la península, encontrándose en zonas al abrigo de la luz, en barrancos y riberas.
En su composición podemos encontrar productos resinosos, glucósidos y diversos alcaloides, que en la actualidad no se han identificado en su totalidad.
La hoja contiene ácido salicílico que, empleado en pequeñas cantidades, actúa como queratoplástico, y en mayor cantidad como queratolítico, provocando la eliminación de la queratina de la piel -ya sea total o parcialmente- y produciendo con ello una regeneración dérmica.
Los frutos contienen malato cálcico que, junto con la corteza, se empleó en otros tiempos como febrífugo.
Las semillas son ricas en aceites; en algunos casos contienen hasta el 1% de su peso en aceite, que en otros tiempos se empleaba como combustible de lámparas añejas.
En Galicia tradicionalmente se le conoce como el árbol de la rabia, por una creencia popular que le atribuye efectos antirrábicos, hoy día todavía no comprobados.
Los datos que a continuación se detallan son los tradicionales, pues hasta la fecha no existe comprobación de las actividades farmacológicas que se tratan de obtener.
.- Infusión. 5 gramos de los frutos y corteza previamente triturada se añaden a trescientos mililitros de agua hervida y se deja enfriar lentamente durante diez minutos; a continuación se filtra y se toma en una cantidad no superior a las dos tazas al día, consiguiendo de esta forma una disminución de la temperatura corporal.
.- Decocción de corteza. 5 gramos de corteza de cornejo se añaden a 200 mililitros de agua, dejándola hervir 5 minutos; luego se filtra y el líquido obtenido se puede tomar tres veces al día, entre las comidas.
Febrífugo. Analgésico. Queratolítico

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