La
corona de reina es una planta perenne que, ramificándose abundantemente en la
base, forma apretados céspedes de lindas ro-setas foliares.
Las
hojas se asemejan a una espátula, es decir, se ensanchan progresivamente en la
parte superior y tienen los bordes casi paralelos inferiormente.
Son
carnosas y un poco tiesas.
Las flores tienen
forma de campanita, pero con los cinco pétalos libres.
Se cría
por la zona de Montserrat.
La raíz
de esta hierba profundiza en las grietas de las peñas, formando casi un todo
con la roca.
Florece
entre mayo y junio.
De la
recolección interesan las hojas.
Pero antes de nada
hemos de advertir que esta planta no debe usarse nunca ya que es bastante tóxica
si se administra sin las debidas precauciones.
Así
pues, su empleo debe quedar relegado a personal altamente cualificado, pues de
no ser así podría acarrear más de un disgusto.
Las
hojas han de recolectarlas siempre personal conocedor de la planta.
Una vez recogidas, se
ponen a secar a la sombra o en secadero, a temperaturas no excesivamente altas.
De la composición de
esta hierba se puede decir poco, pues se desconoce totalmente.
De
hecho, debería someterse a un estudio más profundo, porque quizá se encontraran
algunas propiedades desconocidas hasta ahora.
Se sabe que antaño
fue usada como abortiva por mujeres incautas que sin duda desconocían sus
peligrosos efectos.
Desde
que el hombre habita en la tierra, siempre ha buscado remedios caseros para la
interrupción del embarazo; pero las más de las veces se han empleado pócimas y
otras preparaciones que solían terminar antes con la vida de la madre que con
la del feto.
Dentro de estos
remedios, las plantas han jugado un papel primordial al tratarse de un producto
del que se puede echar mano rápidamente.
Pero hay
que insistir en que en la mayor parte de los casos las secuelas que dejaba en
la madre eran irreparables -es decir, cuando éstas salían con vida.
La corona de reina
fue uno de estos desgraciados remedios que se utilizaron.
Hoy en día, gracias
al adelanto de otras técnicas, se consigue acabar con la vida del no-nacido sin
apenas afectar físicamente a la madre, aunque por lo general suelen quedar
serias secuelas psicológicas.
Vistas las nulas
propiedades terapéuticas de la planta, parece absurdo comentar nada acerca de
su administración.
Lo mejor es olvidarse
de sus posibles usos y recordarla como una planta que en el pasado tuvo algo
que ver con la medicina, pero que en nuestros días solo sirve para adornar las
rocas y peñascos de la zona de Montserrat.
Tóxico.
Abortivo
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