Albaricoquero
(Prunus armeniaca)
El albaricoquero es un árbol
frutal de hoja caduca.
Sus hojas están dentadas y se
unen directamente al tronco; son bastante lisas y no muy grandes.
En
su tronco hay grandes masas de goma que se utilizan en la preparación de
medicamentos.
El origen del albaricoquero se
encuentra en Asia Central, donde todavía se cría en estado silvestre.
Fue introducido en el Sur de
Europa por los romanos y los árabes, y hoy en día es uno de los árboles más
cultivados en toda Europa.
Se
encuentra en zonas de clima templado, aunque en algunos casos puede tolerar el
frío.
Es difícil criar este árbol en
suelos calcáreos, pedregosos o pobres.
Suele encontrarse en huertas y
zonas de tierra rica.
Las
flores son muy bonitas, de color rosáceo y muy decorativas; están formadas por
cinco pétalos muy vistosos.
La
floración se produce durante toda la primavera.
El
fruto es la parte empleada de este árbol: es comestible y está formado por dos
valvas que encierran en su interior la semilla.
Se
empieza a recolectar a principios de junio y se sigue recogiendo durante todo
el verano, según la región en la que se encuentre.
Los árabes utilizaban el
albaricoque para curar dolores de oído, afecciones de la nariz y hemorroides.
Estos usos siguen estando
vigentes hoy en día.
Pero la principal aplicación que
recibe se refiere al consumo del fruto maduro como postre gracias a su
agradable sabor y a que posee numerosas vitaminas, por lo que entre sus
propiedades se encuentra la de ser un buen antianémico.
Se emplea también cuando se van a
realizar trabajos intelectuales.
Aunque hay que advertir que puede
resultar un poco indigesto a personas que sufren dolencias de hígado o
estómago; e incluso en algunos casos puede llegar a provocar reacciones
alérgicas.
Si
se deja secar puede usarse como laxante.
También
se utiliza la compota de esta fruta para aliviar a los reumáticos.
Su jugo, aplicado sobre el cutis,
actúa como un magnífico tónico.
Como purgante se toma el fruto
fresco, y hervido en aceite para aplicarlo como remedio contra la diarrea.
La goma destilada por el tronco
puede disolverse en agua y prepararse con ella un jarabe para combatir la tos.
La almendra que contiene en su
interior constituye un peligro, ya que tiene sustancias venenosas.
.- Decocción. Se mezclan 100
gramos de albaricoques troceados en un litro de agua; se calienta y se extiende
el líquido en un trapo.
Después
se aplica en el oído o en la nariz.
Esta mezcla también se puede
utilizar para tomar baños de asiento contra las hemorroides.
.- Fruto seco. Los frutos secos
de albaricoques pueden utilizarse como laxante.
.-
Tónico. El jugo de los albaricoques se aplica sobre el cutis como tónico.
Avitaminosis.
Nutritivo. Refrescante
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