PATATA (SOLANUM TUBEROSUM)
Pocas
plantas son tan conocidas en el mundo como la patata, por lo menos en lo que se
refiere al tubérculo.
Desde
que se introdujo en España traída de las Américas, su uso se popularizó
enormemente; tanto, que hoy día no se concibe una alimentación sin patatas, en
cualquiera de sus múltiples variedades.
Incluso uno de los
platos más típicos españoles, la tortilla española, está hecha a base de
patatas fritas y rebozadas en huevo.
Se cría en
huertas y campos de secano de toda la Península y Baleares.
Actualmente se conocen más de mil variedades o razas de esta
especie, obtenidas principalmente por mutaciones e hibridaciones a partir de
estirpes naturales.
Florece en primavera y verano, según las distintas localidades.
La parte que interesa no sólo por su valor alimentario sino
también por sus propiedades medicinales, es el tubérculo.
Este se recolecta entre abril y noviembre, aunque existen tantas
variedades y tantos tipos de cosecha que es prematuro dar fechas de
recolección.
Lo que importa es que se puede disponer de este tubérculo todo el
año.
La patata contiene abundante almidón, sales minerales,
oligoelementos y taninos.
También se han
encontrado vitaminas B y C.
En los tallos y las hojas se han hallado alcaloides, uno de los
cuales (el más abundante) es la solamina.
Este principio activo
aumenta cuando la planta enverdece, bien por la radiación solar o bien al
germinar.
Este alcaloide es
tóxico y puede ocasionar problemas si se ingiere; por eso las partes verdes de
la patata (hojas y tallo) deben desecharse.
No se conocen muchos
casos de intoxicación, pero conviene tener cuidado.
Su ingestión puede producir gastroenteritis, vómitos y depresión
respiratoria.
En los tubérculos no se encuentra este alcaloide, o si lo hace, es
en cantidades mínimas, insuficientes para provocar una intoxicación.
En cuanto a las virtudes de la patata, se dice de ella que es un
buen antiácido, indicado en casos de gastritis, úlcera gastroduodenal, o
simplemente ardor de estómago.
Desde luego, se trata de un alimento altamente nutritivo, que
combina prácticamente con todo.
La única precaución que hay que tener en cuenta es la de no abusar
de ella si se tiene tendencia a engordar, y mucho menos frita; o de lo
contrario, atenerse a las consecuencias.
.- Jugo fresco. Se extrae el jugo de la patata por métodos
mecánicos.
La dosis usual
establecida para que actúe como antiácido es de 100-150 cc. del jugo, 3 ó 4
veces al día.
.- Polvo. La patata
rayada, puesta en forma de pomada o cataplasma, se puede usar de forma tópica
en quemaduras, eczemas o cualquier síndrome acompañado de prurito.
Cocida,
frita, asada o de cualquier otra manera resulta un alimento exquisito y es la
mejor
forma de aprovechar este tubérculo americano.
Antiácido.
Alimento
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