Acónito (Aconitum
napellus)
El acónito es una
planta vivaz que muere entrado el otoño, renaciendo ya en la primavera, cuando
de sus raíces en forma de pequeño nabo brotan los nuevos vástagos.
Posee tallos erguidos
y hojas alternas palmeadas; en la parte superior del tallo encontramos un
racimo de flores azules que tiene una característica forma de casco.
Es una hierba que se
cría en los bordes de los arroyos.
En España se
encuentra repartida por todo el Pirineo, en la cordillera cantábrica y en casi
todas las montañas de la mitad septentrional de la Península.
El anapelo florece en
verano.
De la recolección
interesa sobre todo la raíz, que es la que se usa en farmacia para la
extracción de principios activos; ésta tiene forma de tubérculo y puede
confundirse con otras plantas comestibles, lo que podría dar lugar a un error
garrafal pues el acónito es una de las plantas más venenosas que existen sobre
la tierra.
Por este motivo, la
recolección debe dejarse en manos de personal especializado.
Una vez arrancados los tubérculos, se limpian a fondo, se cortan
longitudinalmente y se ponen a secar a una temperatura entre 40° y 50°
C.
De las hojas también
se pueden extraer principios activos, aunque en menor cantidad y de menor
calidad.
Es una planta
tremendamente tóxica: baste decir que con 3-4 g. de tubérculo fresco se puede
matar a un adulto normal.
El
compuesto más importante de esta planta y responsable de sus acciones- es la
aconitina; esta sustancia está presente en la raíz, tallo y hojas no sólo de
esta especie sino de otras muchas especies afines.
A la aconitina se la considera uno de los venenos más potentes que
existen en el mundo vegetal.
Con fines terapéuticos se ha utilizado como analgésico, ya que
modifica las terminaciones nerviosas.
También se sabe que tiene ciertas propiedades antitusivas,
febrífugas, descongestionantes y vasoconstrictoras, además de ser un sedante
leve.
Pero para que la ingesta de aconitina no produzca serias
intoxicaciones debe administrarse en concentraciones muy bajas y rigurosamente
controladas por personal cualificado.
La intoxicación comienza con un estado de excitación general, con
sensación de adormecimiento de labios, lengua y garganta; más tarde pueden
aparecer molestias gastrointestinales, seguidas de una bajada de la temperatura
corporal; por último, puede aparecer parálisis del aparato respiratorio y
circulatorio que, en último término, conducen a la muerte por asfixia.
Entre sus virtudes terapéuticas vía externa cabe mencionar que
parece ser un buen crecepelo y que ayuda a aliviar las inflamaciones cuando
éstas son congestivas y no microbianas.
Antiguamente gozaba de una curiosa popularidad como planta
antipiojos y contra la sarna del ganado; pero esta aplicación cayó rápidamente
en desuso, ya que a través de la piel es posible absorber cierta cantidad de
aconitina, suficiente para desencadenar los síntomas fatales.
Al ser una planta tan peligrosa se desaconseja su uso casero en
cualquier forma.
Sus virtudes se encuentran en otras muchas plantas, menos
peligrosas e igualmente eficaces.
Tóxico.
Analgésico. Sedante
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