martes, 1 de enero de 2013

ACONITO (ACONITUM NAPELLUS)


Acónito (Aconitum napellus)

El acónito es una planta vivaz que muere entrado el otoño, renaciendo ya en la primavera, cuando de sus raíces en forma de pequeño nabo brotan los nuevos vástagos.
Posee tallos erguidos y hojas alternas palmeadas; en la parte superior del tallo encontramos un racimo de flores azules que tiene una característica forma de casco.
Es una hierba que se cría en los bordes de los arroyos.
En España se encuentra repartida por todo el Pirineo, en la cordillera cantábrica y en casi todas las montañas de la mitad septentrional de la Península.

El anapelo florece en verano.
De la recolección interesa sobre todo la raíz, que es la que se usa en farmacia para la extracción de principios activos; ésta tiene forma de tubérculo y puede confundirse con otras plantas comestibles, lo que podría dar lugar a un error garrafal pues el acónito es una de las plantas más venenosas que existen sobre la tierra.
Por este motivo, la recolección debe dejarse en manos de personal especializado.
Una vez arrancados los tubérculos, se limpian a fondo, se cortan longitudinalmente y se ponen a secar a una temperatura entre 40° y 50°
C.
De las hojas también se pueden extraer principios activos, aunque en menor cantidad y de menor calidad.
Es una planta tremendamente tóxica: baste decir que con 3-4 g. de tubérculo fresco se puede matar a un adulto normal.

El compuesto más importante de esta planta y responsable de sus acciones- es la aconitina; esta sustancia está presente en la raíz, tallo y hojas no sólo de esta especie sino de otras muchas especies afines.
A la aconitina se la considera uno de los venenos más potentes que existen en el mundo vegetal.
Con fines terapéuticos se ha utilizado como analgésico, ya que modifica las terminaciones nerviosas.
También se sabe que tiene ciertas propiedades antitusivas, febrífugas, descongestionantes y vasoconstrictoras, además de ser un sedante leve.

Pero para que la ingesta de aconitina no produzca serias intoxicaciones debe administrarse en concentraciones muy bajas y rigurosamente controladas por personal cualificado.
La intoxicación comienza con un estado de excitación general, con sensación de adormecimiento de labios, lengua y garganta; más tarde pueden aparecer molestias gastrointestinales, seguidas de una bajada de la temperatura corporal; por último, puede aparecer parálisis del aparato respiratorio y circulatorio que, en último término, conducen a la muerte por asfixia.

Entre sus virtudes terapéuticas vía externa cabe mencionar que parece ser un buen crecepelo y que ayuda a aliviar las inflamaciones cuando éstas son congestivas y no microbianas.
Antiguamente gozaba de una curiosa popularidad como planta antipiojos y contra la sarna del ganado; pero esta aplicación cayó rápidamente en desuso, ya que a través de la piel es posible absorber cierta cantidad de aconitina, suficiente para desencadenar los síntomas fatales.

Al ser una planta tan peligrosa se desaconseja su uso casero en cualquier forma.
Sus virtudes se encuentran en otras muchas plantas, menos peligrosas e igualmente eficaces.
Tóxico. Analgésico. Sedante

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