Belesa
(Plumbago europaea)
La belesa es una hierba anual perteneciente a la
familia de las plumbagináceas.
Esta familia pertenece al grupo de las plantas
simpétalas o gamopétalas, es decir, aquellas plantas que tienen todos los
pétalos unidos entre sí, como soldados formando una única pieza.
Es una familia poco interesante desde el punto de
vista medicinal.
Se trata de una hierba que se seca todos los años en
invierno, volviendo a renacer en primavera.
Los vástagos tienen tallos ramosos, con profundas
estrías longitudinales; las hojas son onduladas, ásperas al tacto y con los
bordes denticulados.
Las flores forman pequeñas espigas en las sumidades de
las ramitas.
Se cría sobre todo al borde de campos y caminos, a
menudo entre escombros o ruinas de antiguas casas rurales.
Es común en toda la Península, salvo en el área
mediterránea.
La belesa florece en verano y otoño.
Para uso medicinal se recolectan las raíces y las
hojas.
Es una planta cuyo manejo por personas inexpertas
puede resultar peligroso; por ello, se recomienda que tanto la recolección como
su posterior tratamiento lo lleve a cabo personal especializado.
La raíz de belesa contiene una sustancia amarga
denominada plumbagina.
Según las últimas investigaciones, esta sustancia se
hallaría en la corteza de la raíz.
Cuando se aísla, forma cristales de color amarillo.
Tanto la raíz como las hojas -frescas, machacadas y
aplicadas tópicamente- producen un enrojecimiento e inflamación instantáneo de
la piel, hasta el punto de formar ampollas rápidamente.
Esta propiedad se conoce como rubefaciente y
vesicante.
Con cataplasmas preparadas con esta planta se han
querido remediar muchos males, como el dolor de ciática, lumbago, los dolores
de cabeza persistentes, etc.; pero, generalmente, lo que se ha logrado es
inflamar brutalmente la piel, con las consiguientes molestias que ello
ocasiona.
Parece tener más efecto para combatir la sarna y otras
enfermedades eruptivas de la cabeza.
En cualquier caso, hay que manejarla con sumo cuidado.
Otro mal uso que se le dio a esta hierba fue como
remedio para sanar dolores rebeldes de dientes; así, se decía que bastaba solo
con mascarla; pero como se puede imaginar, los efectos que provocaba eran
sumamente desagradables -hasta el punto de que uno, en efecto, se olvidaba del
dolor de muelas.
.- Linimento. Para combatir la sarna se preparaba un
linimento compuesto a base de belesa.
Para ello se machacan 100 g. de raíz de esta planta y
se añaden a 1 l. de aceite hirviendo; se mezcla bien y se cuela por un lienzo,
exprimiendo el residuo al máximo.
Esta mezcla se aplica en la parte del cuerpo dañada
por la sarna.
Resulta un remedio muy eficaz, pero debido a su alto
poder vesicante hay que tener mucho cuidado.
Existen variantes de la mezcla menos agresivas.
Rubefaciente. Vesicante. Contra la
sarna
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