Hisopo (Hyssopus officinalis)
El
hisopo es un arbusto pequeño, perteneciente a la familia de las labiadas.
Posee
un tallo recto, leñoso, que puede alcanzar entre 30 y 60 cm. de altura.
Las
hojas son lanceoladas y se agarran al tallo por un rabillo muy corto; en la
axila de las hojas superiores aparecen verticilos impares de flores azules,
tubulosas, que tienen un fuerte olor parecido al alcanfor y un sabor agradable.
Es una planta que vegeta en colinas secas de la región central y
mediterránea, aunque con frecuencia se emplea como planta de jardinería.
En
la actualidad la planta se cultiva con fines medicinales ya que de por sí es
una planta escasa y rara de encontrar.
La
floración del hisopo tiene lugar en verano, aunque puede extenderse hasta el
otoño.
Las partes de la planta que interesan desde el punto de vista
terapéutico son las sumidades floridas y las hojas, cuando son tiernas y
frescas.
Ambas partes deben recogerse al inicio de la floración y secarse
rápidamente a la sombra y al aire libre, para después conservar tanto flores
como hojas en tarros herméticos.
Esta
planta se regenera rápidamente, por lo que es posible hacer 2 ó 3 recolecciones
al año.
El componente principal del hisopo es la esencia, que se puede
obtener en una proporción del 1-2%, una vez seca la planta.
También
posee un principio amargo, ácidos fenólicos, flavonoides y otras muchas
sustancias.
La
esencia es muy aromática, pero puede resultar muy tóxica si se absorbe en alta
cantidad; se calcula que 2 gr. de esencia pueden provocar un cuadro de
convulsiones, con trastornos psíquicos y sensoriales.
A
dosis bajas la esencia se comporta como digestivo, antiséptico, carminativo y
aperitivo.
Gracias
a la presencia del principio amargo tiene efecto expectorante y por los ácidos
fenólicos se aprecia un efecto hipotensor.
Por todas estas virtudes, es una planta que está indicada en
catarros, tos, gripe, asma, inapetencia, digestiones lentas y pesadas, gases e
hipertensión.
Pero es importante recordar que la esencia hay que manejarla con
cuidado, no sólo por el cuadro de intoxicación que puede ocasionar sino porque
además siempre existe la posibilidad de que aparezcan reacciones alérgicas.
También
en dosis moderadas puede actuar como irritante de las mucosas.
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Tintura. Coger 20 gr. de cada una de las siguientes plantas: hisopo, albahaca,
menta piperita y salvia; ponerlo a macerar en 2,5 l. de alcohol de 60º.
Esta alcoholatura o tintura alcohólica actúa contra el
nerviosismo, dolores de toda índole y digestiones pesadas.
Es
conveniente tomar una cucharadita después de las comidas.
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Esencia añadir de 1 a 2 gotas de la esencia (es muy importante no sobrepasar
esta dosis) sobre un terroncillo de azúcar, 3 veces al día.
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Infusión. Poner 15 gr. de llagas, úlceras y cualquier herida para su pronta
cicatrización.
Popularmente se han empleado las hojas maceradas con vinagre como
queratolíticas, porque resultan muy efectivas en la eliminación de
callosidades.
Cicatrizante. Tóxico. Analgésico
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