Mielga,
alfalfa (Medicago sativa)
La
mielga es una planta que dura varios años y renace después de cortarla.
No se suele endurecer y echa nuevos brotes herbáceos que pueden
llegar a alcanzar hasta un metro de altura, con las hojas de tres en rama, de
hojuelas oblongas y dientecitos en su extremo.
Las flores son de color azulado o violáceo y se recogen en
ramilletes cuyo cabillo arranca de la axila de las hojas superiores.
En
cuanto al fruto, se trata de una pequeña legumbre arrollada en forma de
caracolillo.
Se cría en todas partes -además de cultivarse en grandes
extensiones repartida por toda la Península.
La floración de la alfalfa se da en la primavera y se prolonga
durante todo el verano.
De la recolección interesan las partes aéreas, principalmente por
su alto contenido en vitaminas, como luego veremos.
Una
vez recolectada se debe conservar en estado fresco, ya que es así como
normalmente se utiliza.
En
la alfalfa encontramos una composición muy rica en sales minerales: calcio,
potasio, fósforo, hierro.
También contiene isoflavonas y una gran cantidad de vitaminas,
siendo la más abundante la vitamina C.
Después
le siguen los carotenos, la vitamina K, la D y por último la vitamina E.
Por la vitamina K tiene acción hemostática, esto es, capacidad de
parar una hemorragia; pero antes de su administración conviene hacer pruebas de
coagulación, por si hubiera algún problema.
Otra
de sus virtudes es que actúa como agente estrogénico gracias a las isoflavonas.
Por
último, debido al alto contenido de sales orgánicas, posee acción antianémica.
Por
tanto, está especialmente indicada en anemias por deficiencias vitamínicas o
minerales, así como en convalecencias.
También
en hemorragias capilares, nasales, gástricas y en problemas de hemorroides.
Como
posibles efectos secundarios se ha descrito una posible relación entre la toma
de alfalfa y la pancitopenia, así como una presunta reactivación del lupus
eritematoso.
Pero
estos efectos secundarios son muy específicos y no suelen darse fácilmente.
Por tanto, se puede tomar con relativa seguridad, aunque nunca se
debe olvidar el consejo del médico, que es quien mejor podrá asesorarnos.
.- Infusión. Una cucharada de postre por taza.
Se pueden tomar hasta tres tazas al día. .- Polvo. De una a dos
cucharaditas de café al día, o bien tomándolo encapsulado en dosis que no
superen los 500 mg., tres veces al día.
.-
Extracto seco. El extracto seco se puede encontrar en centros especializados.
Se toma a razón de 500 mg. al día.
Hemostático. Estrogénico. Antianémico
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