sábado, 8 de febrero de 2014

HIERBA DE SAN PEDRO (PRIMULA OFFICINALIS)


Hierba de San Pedro (Primula officinalis)


La hierba de San Pedro es una planta herbácea anual o bienal perteneciente a la familia de las primuláceas, dotada de un tallo velloso, ramificado, en el cual se insertan hojas alternas; sus flores se elevan en parejas, gracias a la presencia de largos pedúnculos.
La característica más notable de esta hierba es el desagradable olor que desprende cuando se estruja cualquier parte de la planta.
Existen dos variedades de esta planta, ambas con igual uso medicinal. Se cría por todo el Pirineo, especialmente por extensos prados.
La hierba florece a partir del mes de abril, e incluso antes en determinadas zonas geográficas.
De la recolección interesan tanto el rizoma y la raíz como las flores y las hojas.
Para recolectarla se aconseja esperar al momento de máxima floración.
Es importante proveerse de unos guantes ya que el jugo de la planta es vesicante.
Una vez recolectada, se deja a la sombra, en lugar bien ventilado, o en secadero, a una temperatura máxima de 35 ºC.
Posteriormente se guarda en frascos herméticos.
La hierba de San Pedro contiene taninos en elevada concentración, hasta un 38%.
Además encontramos un aceite esencial, un principio amargo y unos cuantos ácidos orgánicos como el ácido málico o el cítrico.
Sin embargo, esta composición está por confirmar, ya que los datos de que se disponen no son muy fiables.
Los taninos confieren a la planta una acción astringente, hemostática, diurética y antirreumática.
De estas propiedades se beneficia sobre todo la medicina de la infancia, ya que no es irritante ni tiene sabor desagradable.
Por su efecto balsámico tiene aplicaciones en tratamientos relacionados con las vías respiratorias.
En dosis moderadas tiene cierto efecto analgésico.
Por último, es importante señalar que la esencia de esta planta, igual que cualquier otra esencia, no se debe emplear en dosis elevadas, pues puede producir trastornos nerviosos
o fenómenos alérgicos.
.- Decocción. Para inflamación de boca y garganta.
Se hierven 60 g. de hojas de hierba en 1 l. de agua; se filtra el líquido y se edulcora a gusto de cada uno.
Con la mezcla se hacen gargarismos 3 ó 4 veces al día.
.- Té de hierba. Para gargarismos o para aplicar directamente sobre heridas.
Para ello se vierte 1/4 l. de agua hirviendo sobre 2 cucharadas de hierba; se deja enfriar, se cuela y se bebe una taza 2 veces al día. En farmacia se pueden encontrar presentaciones simples de la hierba, tanto el aceite esencial como el extracto fluido.
También existe alguna presentación compuesta.

Balsámico. Analgésico. Antirreumático

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