Hierba de San Cristóbal (Actaea spicata)
La
hierba de San Cristóbal es una planta vivaz.
Es
bastante grande y alcanza con facilidad el metro de altura.
Su
cepa es gruesa y oscura; de ella parte el tallo, que tiene muy pocas hojas pero
muy grandes.
Estas
están divididas en tres segmentos que a su vez se subdividen formando un
conjunto de gajos desiguales.
Los
bordes son aserrados y tanto por el derecho como por el reservo carecen de
vello.
Es
fácil encontrarla en la zona norte de la Península, especialmente en zonas
montañosas de gran altitud como los Pirineos y la cordillera cantábrica.
También
se halla en Valencia y por el centro del país, aunque es muy raro verla en el
sur.
Se
cría en zonas sombrías y húmedas, en barrancos y bosques.
Las
flores se encuentran en el extremo del tallo.
Suelen
nacer en grupos y es muy raro encontrarlas aisladas; son bastante pequeñas y de
color blanco; su fruto tiene forma elíptica y contiene muchas semillas.
Es
de color bastante oscuro, prácticamente negro y con mucho brillo.
La época de floración comienza en el mes de mayo, que en ocasiones
se prolonga hasta junio e incluso julio, dependiendo de la zona en la que se
encuentre.
La única parte que se recolecta es el rizoma.
El rizoma está compuesto por un complejo glucosídico hidrosoluble
que es el que proporciona la acción cardiotónica de esta planta.
Es necesario tener mucho cuidado con la hierba de San Cristóbal,
ya que puede resultar muy tóxica.
No se debe utilizar nunca como remedio casero y solo debe formar
parte de algún preparado que realicen los facultativos.
Sus virtudes médicas se restringen al corazón, sobre el que actúa
como tonificante.
Externamente
se ha utilizado muchas veces como insecticida, aplicándose sobre todo tipo de
ganado.
Los
primeros restos de esta planta se fechan en la época medieval.
No
se sabe con exactitud cuál es su origen, pero existen indicios de ella en los
jardines de castillos feudales.
Los restos se encontraron en terrenos no muy aptos para que se
criara sola, por lo que se cree que ya en esa época se empezó a cultivar y
cuidar.
Su uso no es recomendable como remedio casero ya que puede ser muy
tóxico; si no es en manos de un experto, puede convertirse en un veneno mortal.
.- Insecticida. Antiguamente se mezclaba con manteca de cerdo y se
utilizaba para matar insectos; asimismo, en algunas ocasiones se aplicaba
-siempre externamente- para curar la sarna.
También
se utilizó como alimento para el ganado.
Tóxico. Insecticida. Cardiotónico
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